¿Estoy gordo?
Siempre que me hago esa pregunta me da por reírme. Sí, no sé si será porque lo acepto o porque esa reacción es un reflejo de lo que me importa a mí el exterior de las personas, que cada día vale un poco menos. Cada día, he dicho.
Resulta que andaba yo por el chalet de mis primos cuando me ha venido un apretón y he decido ir al servicio. Una vez dentro, he visto en el suelo una de esas básculas electrónicas y me he preguntado si era parlante, con voz. Lástima, porque de lo contrario hubiera sido un cachondeo y si además es de las que te insulta y te llama gordo/a... Bueno, ya os lo podéis imaginar. Al no ser parlante me he llevado una gran decepción, pero me he subido de todas formas; cuando he visto los 3 numeritos casi me da un infarto: 9 7 6, o sea: 97'6 kilos, casi 100. Eso no lo he pesado yo en la vida, porque hace años (3 ó 4) me pesé y creo que eran 85 kilillos. Pues tampoco he engordado tanto... Bueno, si pienso un poco sí, quizás se me ha hecho bastante barriga, una barriga curiosa porque si la miras de frente está igual que siempre, pero si la ves de perfil aquello parece un saco de patatas o lo más bonito de una mujer encinta (y de 8 meses ya, por no decir 9) Sí, amigos (porque os puedo llamar "amigos", ¿verdad?), hoy me he dado cuenta de que posiblemente esté gordo de verdad, y no de broma, que es como quería estar yo.
Siempre he comido igual, o séase, mucho, así que por la comida no es. Ya está: el maldito ejercicio. Me paso muchas horas sentado y es normal que se me haga panza y culo (que también está enorme, creo) Allá por el mes de abril intenté hacer media horita de bicicleta estática al día, pero aquello sólo duró un mes (los más veteranos quizás recuerden algún post, que aprovecho para recordar que ya no está. Se borró. Lo borre. ¿Me lo borraron? Noooo. Nunca, eso nunca ocurrió) ¿Por qué lo dejé? Excusa oficial: se rompió un pedal. Excusa real: el pedal se ha desenroscado, es decir, que solución tiene; lo que pasa es que me entró pereza y...
Por suerte, a partir del lunes haré ejercicio (por lo menos más que aquí), porque me voy a las fiestas de Pinatell, donde tengo amigos y amigas. Supongo que lo pasaré genial y haré excursiones geniales. Volveré a escuchar Carrusel deportivo después de un largo mes y seguiré estudiando para el puto examen de recuperación del 10-S. No hace falta que diga que estaré una semana entera ausente y que no podré escribir... Claro, si el tío está ausente es que no puede, ¿no? ¿si? ¡sí!
Me acabo de dar cuenta: estoy volviendo a hablar de mi vida privada. Vale, es verdad que dije que este blog trataría sobre temas políticos y demás rollos, pero es que en agosto todo se para. Hasta yo hago menos ejercicio. Por lo demás, no hay nada malo en que yo hable de mi vida privada. Bueno, eso, que ya os contaré. De momento, el sábado y el domingo estaré aún con todos vosotros.
Ah, sí, se me olvidaba: algún día de estos me quitaré esta barriga tan antiestética (o sea, tan nada) que tengo. Intentaré que sea sin que pase hambre, porque por eso yo, lo siento, no paso. Ni loco.
Resulta que andaba yo por el chalet de mis primos cuando me ha venido un apretón y he decido ir al servicio. Una vez dentro, he visto en el suelo una de esas básculas electrónicas y me he preguntado si era parlante, con voz. Lástima, porque de lo contrario hubiera sido un cachondeo y si además es de las que te insulta y te llama gordo/a... Bueno, ya os lo podéis imaginar. Al no ser parlante me he llevado una gran decepción, pero me he subido de todas formas; cuando he visto los 3 numeritos casi me da un infarto: 9 7 6, o sea: 97'6 kilos, casi 100. Eso no lo he pesado yo en la vida, porque hace años (3 ó 4) me pesé y creo que eran 85 kilillos. Pues tampoco he engordado tanto... Bueno, si pienso un poco sí, quizás se me ha hecho bastante barriga, una barriga curiosa porque si la miras de frente está igual que siempre, pero si la ves de perfil aquello parece un saco de patatas o lo más bonito de una mujer encinta (y de 8 meses ya, por no decir 9) Sí, amigos (porque os puedo llamar "amigos", ¿verdad?), hoy me he dado cuenta de que posiblemente esté gordo de verdad, y no de broma, que es como quería estar yo.
Siempre he comido igual, o séase, mucho, así que por la comida no es. Ya está: el maldito ejercicio. Me paso muchas horas sentado y es normal que se me haga panza y culo (que también está enorme, creo) Allá por el mes de abril intenté hacer media horita de bicicleta estática al día, pero aquello sólo duró un mes (los más veteranos quizás recuerden algún post, que aprovecho para recordar que ya no está. Se borró. Lo borre. ¿Me lo borraron? Noooo. Nunca, eso nunca ocurrió) ¿Por qué lo dejé? Excusa oficial: se rompió un pedal. Excusa real: el pedal se ha desenroscado, es decir, que solución tiene; lo que pasa es que me entró pereza y...
Por suerte, a partir del lunes haré ejercicio (por lo menos más que aquí), porque me voy a las fiestas de Pinatell, donde tengo amigos y amigas. Supongo que lo pasaré genial y haré excursiones geniales. Volveré a escuchar Carrusel deportivo después de un largo mes y seguiré estudiando para el puto examen de recuperación del 10-S. No hace falta que diga que estaré una semana entera ausente y que no podré escribir... Claro, si el tío está ausente es que no puede, ¿no? ¿si? ¡sí!
Me acabo de dar cuenta: estoy volviendo a hablar de mi vida privada. Vale, es verdad que dije que este blog trataría sobre temas políticos y demás rollos, pero es que en agosto todo se para. Hasta yo hago menos ejercicio. Por lo demás, no hay nada malo en que yo hable de mi vida privada. Bueno, eso, que ya os contaré. De momento, el sábado y el domingo estaré aún con todos vosotros.
Ah, sí, se me olvidaba: algún día de estos me quitaré esta barriga tan antiestética (o sea, tan nada) que tengo. Intentaré que sea sin que pase hambre, porque por eso yo, lo siento, no paso. Ni loco.
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