Volver a empezar
Volver a empezaaaaaaaar, otra vez
Volver al coleeeeeeee...
No me la sé, eso ha quedado claro. Por si alguien se ha perdido era la canción de la "Vuelta al Cole" de El Corte Inglés. "¿Pero que ha pasado aquí?", dirás si eres un asiduo de mi weblog. "Nada", diré yo haciéndome el distraído. "Sí, lo has borrado todo", volverás a insistir tú. "Anda, siéntate que lo tengo que explicar"; es lo que acabo de decir.
¿Y cómo lo explico? Es que tengo que hacerlo como si fuera el Tabú, sin duda uno de los mejores juegos de mesa de la historia, sobre todo por el sonido del tabú ese. Vamos, que no puedo decir una palabra porque me han prohibido hacerlo. No, no ha sido Pedro J. Ramírez, ni tampoco don Eduardo Zaplana, al que tanto debo. Se trata de una persona que no quiere aparecer en "La Vida de un Alcoyano", por eso, como me ha pedido que borre los posts donde hablaba de ella (uy, ¡se me ha escapado!), he decidido borrarlo todo. No quiero convertirme en un auto-ministro de información y turismo a la antigua usanza y siguiendo el ejemplo del indestructible don Manuel Fraga Iribarne. Sí, ayer amenacé con mandarlo todo a la mierda y ya lo he hecho. "La Vida de un alcoyano 1.0" sólo tiene, de momento, este post.
Voy a responder a la pregunta no contestada que me hacía en el primer párrafo: no voy a explicar nada. No sé quién de los habituales pudo leer la "Declaración desde Alcoy", pero os aseguro que no es un acto de cobardía. Lo hago para no meterme en más líos. Parece ser que las palabras feas gustan menos que las bonitas. Esto es una obviedad. Debería llamarse hipocresía. Vamos a ver: lo que quiero decir es que no voy a contar, a quien no lo sepa, los motivos que me han llevado a borrar todo lo escrito. Bueno, podría decir algo: es una mezcla entre mi culpa y... lo que piensa otra persona. Nada más.
Como en mi vida participan mis amigos, sería absurdo contar cómo me ha ido el día sin nombrarlos, sin preocuparme por ellos/as, sin emitir juicios de valor acerca de su comportamiento... Si no tuviera amigos, no sería nada, así que lo mejor es que los cuide y que desprecie a los que son y no son, a los que ayudan y no ayudan, a los que con su silencio te pegan una puñalada casi mortal. Y aún tengo que dar gracias a Dios. ¡Sí! Estoy hablando en clave y a la vez mordiéndome la lengua. Puede parecer absurdo, pero creo que hoy se ha cometido una pequeña injusticia conmigo. ¿Dónde está el indulto? ¡Que me traigan al indultor! ¡Que lo traigan! Ya estoy desvariando. Luego, en el alegato final, opinaré sobre ella y se acabará hablar de esa personita pra siempre. Me callo que al final la cago.
Por fin lo voy a decir: este weblog, aunque se llame "La vida de un alcoyano 1.0" (ahora explicaré lo del 1.0), no va a tratar sobre la vida de un alcoyano; más bien tratará sobre lo que piensa un alcoyano de la vida. ¿Por qué no he cambiado el título, entonces? Más que nada, por no perder la clientela que me había creado, si es que no se han ido todos al bar, digooo al blog de la esquina. Ah, ahora que hablo de "clientela", tan pronto como pueda os volveré a poner en la sección de "enlaces". Gracias por vuestra comprensión. Admiro que me leáis, de verdad.
Mañana me voy de vacaciones a El Campello. Espero pasarlo bien y tener ideas frescas para vuelta. Francamente, me tendré que currar los posts, porque como no puedo hablar de nadie... Es que si lo hago - sssst (silencio) - puedo morir (sí, cosas más raras se han visto) Esto último es broma, no hacía falta decirlo. ¿O sí? A la vuelta os hablaré de política, de libros, de todo aquello que considere interesante y de mi vida, sin nombrar a la persona que me ha vetado (puede ser otra más), claro está. Faltaría más.
Final y epílogo, todo junto: no quiero estropearlo todavía más, pero esto no me lo puedo callar: me parece correctísimo que esté enfadada por hablar de ella en un tono despectivo pero a la vez cordial, pero sus formas al darme su punto de vista son de un barriobajismo (de barriobajero o Barrionuevo, según se vea. ¿Los GAL? Yo no he dicho nada, no tengo nada que ver con eso) que no había visto en años. Si hay algo que no soporto es la ironía empleada con malicia y el cinismo de una persona que creo que aún no sabe lo que quiere en la vida, como yo (ya somos 2) Me has mirado con desprecio y me has avasallado sin querer comprenderme. Desde este weblog te digo que espero que se te pase pronto. ¿Tú no cometes errores? Yo también, pero hoy no he escrito tu bonito nombre. Ah, si lees esto es que desconfías de mí y de mi palabra. ¿Eso es amistad? Por lo demás, te invito a que en tu tiempo libre entres para opinar sobre lo que yo opino (una opiopinión, creo) El el próximo post (espero que el jueves) hablaré sobre las muertes de doña Carmina Ordóñez y de don Antonio Gades. Vamos, que escribiré en serio y me dejaré de tanta chorrada.
Volver al coleeeeeeee...
No me la sé, eso ha quedado claro. Por si alguien se ha perdido era la canción de la "Vuelta al Cole" de El Corte Inglés. "¿Pero que ha pasado aquí?", dirás si eres un asiduo de mi weblog. "Nada", diré yo haciéndome el distraído. "Sí, lo has borrado todo", volverás a insistir tú. "Anda, siéntate que lo tengo que explicar"; es lo que acabo de decir.
¿Y cómo lo explico? Es que tengo que hacerlo como si fuera el Tabú, sin duda uno de los mejores juegos de mesa de la historia, sobre todo por el sonido del tabú ese. Vamos, que no puedo decir una palabra porque me han prohibido hacerlo. No, no ha sido Pedro J. Ramírez, ni tampoco don Eduardo Zaplana, al que tanto debo. Se trata de una persona que no quiere aparecer en "La Vida de un Alcoyano", por eso, como me ha pedido que borre los posts donde hablaba de ella (uy, ¡se me ha escapado!), he decidido borrarlo todo. No quiero convertirme en un auto-ministro de información y turismo a la antigua usanza y siguiendo el ejemplo del indestructible don Manuel Fraga Iribarne. Sí, ayer amenacé con mandarlo todo a la mierda y ya lo he hecho. "La Vida de un alcoyano 1.0" sólo tiene, de momento, este post.
Voy a responder a la pregunta no contestada que me hacía en el primer párrafo: no voy a explicar nada. No sé quién de los habituales pudo leer la "Declaración desde Alcoy", pero os aseguro que no es un acto de cobardía. Lo hago para no meterme en más líos. Parece ser que las palabras feas gustan menos que las bonitas. Esto es una obviedad. Debería llamarse hipocresía. Vamos a ver: lo que quiero decir es que no voy a contar, a quien no lo sepa, los motivos que me han llevado a borrar todo lo escrito. Bueno, podría decir algo: es una mezcla entre mi culpa y... lo que piensa otra persona. Nada más.
Como en mi vida participan mis amigos, sería absurdo contar cómo me ha ido el día sin nombrarlos, sin preocuparme por ellos/as, sin emitir juicios de valor acerca de su comportamiento... Si no tuviera amigos, no sería nada, así que lo mejor es que los cuide y que desprecie a los que son y no son, a los que ayudan y no ayudan, a los que con su silencio te pegan una puñalada casi mortal. Y aún tengo que dar gracias a Dios. ¡Sí! Estoy hablando en clave y a la vez mordiéndome la lengua. Puede parecer absurdo, pero creo que hoy se ha cometido una pequeña injusticia conmigo. ¿Dónde está el indulto? ¡Que me traigan al indultor! ¡Que lo traigan! Ya estoy desvariando. Luego, en el alegato final, opinaré sobre ella y se acabará hablar de esa personita pra siempre. Me callo que al final la cago.
Por fin lo voy a decir: este weblog, aunque se llame "La vida de un alcoyano 1.0" (ahora explicaré lo del 1.0), no va a tratar sobre la vida de un alcoyano; más bien tratará sobre lo que piensa un alcoyano de la vida. ¿Por qué no he cambiado el título, entonces? Más que nada, por no perder la clientela que me había creado, si es que no se han ido todos al bar, digooo al blog de la esquina. Ah, ahora que hablo de "clientela", tan pronto como pueda os volveré a poner en la sección de "enlaces". Gracias por vuestra comprensión. Admiro que me leáis, de verdad.
Mañana me voy de vacaciones a El Campello. Espero pasarlo bien y tener ideas frescas para vuelta. Francamente, me tendré que currar los posts, porque como no puedo hablar de nadie... Es que si lo hago - sssst (silencio) - puedo morir (sí, cosas más raras se han visto) Esto último es broma, no hacía falta decirlo. ¿O sí? A la vuelta os hablaré de política, de libros, de todo aquello que considere interesante y de mi vida, sin nombrar a la persona que me ha vetado (puede ser otra más), claro está. Faltaría más.
Final y epílogo, todo junto: no quiero estropearlo todavía más, pero esto no me lo puedo callar: me parece correctísimo que esté enfadada por hablar de ella en un tono despectivo pero a la vez cordial, pero sus formas al darme su punto de vista son de un barriobajismo (de barriobajero o Barrionuevo, según se vea. ¿Los GAL? Yo no he dicho nada, no tengo nada que ver con eso) que no había visto en años. Si hay algo que no soporto es la ironía empleada con malicia y el cinismo de una persona que creo que aún no sabe lo que quiere en la vida, como yo (ya somos 2) Me has mirado con desprecio y me has avasallado sin querer comprenderme. Desde este weblog te digo que espero que se te pase pronto. ¿Tú no cometes errores? Yo también, pero hoy no he escrito tu bonito nombre. Ah, si lees esto es que desconfías de mí y de mi palabra. ¿Eso es amistad? Por lo demás, te invito a que en tu tiempo libre entres para opinar sobre lo que yo opino (una opiopinión, creo) El el próximo post (espero que el jueves) hablaré sobre las muertes de doña Carmina Ordóñez y de don Antonio Gades. Vamos, que escribiré en serio y me dejaré de tanta chorrada.
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