Au revoir, Azar

Acabo de salir de un examen (bueno, un parcial que vale el 50%) y estoy un poco disgustadillo. Según mis cálculos falibles, habré sacado entre un 4 y un 6 y todo por una puta pregunta de 5 puntos que no me sabía. El resto eran 10 preguntitas a 0'5 y supongo que habrán ido bien. Digo "supongo" porque el año pasado hice un examen, el último del curso, y salí contento porque creía que había aprobado. Saqué un 3'5. No creo que se repita porque en ese examen pensaba que tenía 2 preguntas bien y resulta que me había equivocado. En este no ha pasado eso, pero la preguntita de los cojones... ¿No podría haber puesto otra? En fin, menos mal que me he acordado de algo, lo sufiente para que me ponga un puntito o 2 de 5. Este examen me ha enseñado que tengo que dejar de creer en el Dios Azar y que no vale eso de "no entrará", "no creo que lo pregunte" o "esto me lo dejo, que no es importante". También me ha enseñado que soy como un animal: siento el peligro. Sí, en serio. Cuando estoy demasiado tranquilo antes de un examen es que va a salir mal o no tan bien como esperaba. Tengo que estudiar más y mejor.

P.D: Estoy en la sala de ordenadores y a mi lado hay una chica árabe (lo sé por el velo) que habla en francés y está escribiendo una entrada en su blog. Rápido: cómo se dice "Por favor, ¿me puedes dar la dirección de tu blog? No pienses que quiero ligar contigo ni que voy a crackeartelo por no ser tan española como yo; sólo tengo curiosidad. Atentamente: Guille Pérez" en francés. Me voy en 15 minutos. Premio para el que lo traduzca correctamente.