Mierda
Desayuno con esta noticia:
En 1997 un sacerdote de Rotterdam fue denunciado por la familia de una niña de 12 años que fue víctima de abusos sexuales durante bastante tiempo, tras una condena a un año de prisión para el sacerdote y con el fin de evitar un escándalo, el obispado entregó algo más de 45.300 euros a la familia. Ahora, el obispado reclama la cantidad a la aseguradora que cubre desde hace 50 años a la Iglesia holandesa, y lo justifica diciendo que los gastos causados por abusos sexuales, deben ser reembolsados de la misma manera que lo son los accidentes laborales.
La aseguradora se ha negado a pagar. Menos mal, sólo faltaba eso. Desde hace poco tiempo son anticatólico convencido y declarado. Respeto que cada uno crea en el Dios que quiera, pero no estoy de acuerdo con esa multinacional que es la Iglesia. Quisiera dejar claro, antes de perder las formas, que mis discrepancias van dirigidas a la autoridad eclesiástica y de ninguna manera a sus fieles. Tampoco quiero con este artículo convencer a nadie para que se pase a mi bando de los ateos anticatólicos. No ganaría nada con eso.
Sí yo fuera holandés, primero de todo sería protestante. Prefiero estar predestinado que ganarme el cielo con mis buenas obras. Prefiero que Dios haya decido de antemano salvarme o condenarme. Si lo piensas detenidamente, es más cómodo. Debería haber nacido en un país de tradición protestante... Bueno, a lo que vamos: si yo fuera holandés me cagaría en el obispo, en la Iglesia holandesa, en la romana, en la española, en el pobre Papa que tiene el parkinson. En todos porque estoy harto. Harto de que discriminen a homosexuales cuando los tratan como delincuentes, harto de que se escondan abusos contra menores que rara vez tienen su castigo en la cárcel. Parece ser que ser cura te da inmunidad. ¿Y si me hago cura, pillo a unos chavales de la catequesis y les invito a mi casa a una fiestecita privada? Como mucho, me cambiarán de parroquia y otra vez a empezar.
Incoherencias: riquezas, oro, abusos, discriminación, poder... ¿Qué más? El gobierno se está planteando retirar la subvención a la Iglesia. Me parece bien. Que se financie ella misma, o que pasen el cepillo dos veces. Esa institución está llena de hipócritas que no merecen el respeto que se les tiene. Yo no me inclinaría ante el Papa, prefiero inclinarme ante Pau Gasol, por ejemplo. Está más limpio.
Y aquí acaba el artículo de hoy, en el que he descargado toda mi rabia e indignación. ¿Qué más puedo decir? Ah, sí, que me cago en la Iglesia, que me meo en el cáliz y que escupo en el copón de las ostias. Si algún cristiano o no cristiano se ha ofendido, le pido perdón, y si por casualidad lee esto algún cura, quiero que sepa que no pienso que todos sean unos pedófilos. Lamentablemente, vuelvo a usar el recurso de la generalización, el único que me permite denunciar con eficacia algo totalmente indefendible.
En 1997 un sacerdote de Rotterdam fue denunciado por la familia de una niña de 12 años que fue víctima de abusos sexuales durante bastante tiempo, tras una condena a un año de prisión para el sacerdote y con el fin de evitar un escándalo, el obispado entregó algo más de 45.300 euros a la familia. Ahora, el obispado reclama la cantidad a la aseguradora que cubre desde hace 50 años a la Iglesia holandesa, y lo justifica diciendo que los gastos causados por abusos sexuales, deben ser reembolsados de la misma manera que lo son los accidentes laborales.
La aseguradora se ha negado a pagar. Menos mal, sólo faltaba eso. Desde hace poco tiempo son anticatólico convencido y declarado. Respeto que cada uno crea en el Dios que quiera, pero no estoy de acuerdo con esa multinacional que es la Iglesia. Quisiera dejar claro, antes de perder las formas, que mis discrepancias van dirigidas a la autoridad eclesiástica y de ninguna manera a sus fieles. Tampoco quiero con este artículo convencer a nadie para que se pase a mi bando de los ateos anticatólicos. No ganaría nada con eso.
Sí yo fuera holandés, primero de todo sería protestante. Prefiero estar predestinado que ganarme el cielo con mis buenas obras. Prefiero que Dios haya decido de antemano salvarme o condenarme. Si lo piensas detenidamente, es más cómodo. Debería haber nacido en un país de tradición protestante... Bueno, a lo que vamos: si yo fuera holandés me cagaría en el obispo, en la Iglesia holandesa, en la romana, en la española, en el pobre Papa que tiene el parkinson. En todos porque estoy harto. Harto de que discriminen a homosexuales cuando los tratan como delincuentes, harto de que se escondan abusos contra menores que rara vez tienen su castigo en la cárcel. Parece ser que ser cura te da inmunidad. ¿Y si me hago cura, pillo a unos chavales de la catequesis y les invito a mi casa a una fiestecita privada? Como mucho, me cambiarán de parroquia y otra vez a empezar.
Incoherencias: riquezas, oro, abusos, discriminación, poder... ¿Qué más? El gobierno se está planteando retirar la subvención a la Iglesia. Me parece bien. Que se financie ella misma, o que pasen el cepillo dos veces. Esa institución está llena de hipócritas que no merecen el respeto que se les tiene. Yo no me inclinaría ante el Papa, prefiero inclinarme ante Pau Gasol, por ejemplo. Está más limpio.
Y aquí acaba el artículo de hoy, en el que he descargado toda mi rabia e indignación. ¿Qué más puedo decir? Ah, sí, que me cago en la Iglesia, que me meo en el cáliz y que escupo en el copón de las ostias. Si algún cristiano o no cristiano se ha ofendido, le pido perdón, y si por casualidad lee esto algún cura, quiero que sepa que no pienso que todos sean unos pedófilos. Lamentablemente, vuelvo a usar el recurso de la generalización, el único que me permite denunciar con eficacia algo totalmente indefendible.
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