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la vida de un alcoyano: Grito de incredulidad

24.8.04

Grito de incredulidad

¡¡¡Ahhhh!!!

El otro día robaron de un museo de Oslo "El Grito" y "La Madonna", dos obras del pintor expresionista Eduard Munch, un buen tío del que guardo buen recuerdo. A decir verdad, mi primer encuentro con él fue en internet: una amiga me pidió que le buscara el cuadro en internet, lo encontré y me hizo gracia el careto que pone el tío que grita.

Supongo que Munch quería mostrar algo -tristeza o miedo- a través de la expresión de la cara. ¡Sí! Por eso es expresionista. No sé si lo que he puesto es cierto o es fruto de la utilización del método hipotético-deductivo (¿o era el otro? ¿qué otro? ¿es que hay otro?) En todo caso, me da igual. Podría mirarlo en internet y quedar como un tío cultivado al que le gusta el arte, pero prefiero que cada uno saque sus propias conclusiones.

Esa cara de miedo se les quedaría a los responsables del museo cuando se enteraron de que los cuadros habían desaparecido casi por su propio pie. Las medidas de seguridad eran tan bajas que no instalaron alarmas para no estresar a visitantes y vigilantes. Ahí tienen razón, porque la misma amiga que hizo que conociera al tío Eduard (Gracias Ana) me contó que en el Prado -o en cualquier otro museo de la capital; es que tampoco recuerdo cual era-, si te acercas mucho a una obra de arte, salta una alarma o pita algo y enseguida va el tío/a de seguridad y te dice que, por favor o sin favor, te apartes. Además, y para rizar más el rizo noruego, "El Grito" ya fue robado del mismo museo en 1994, y estuvo desaparecido 3 meses.

Desde mi humilde blog hago un llamamiento a todas esas personas que tenéis inquietudes artísticas para que intentéis robar alguna obra de arte sólo para advertir que las medidas de seguridad son claramente insuficientes. Yo me pido "La fragua de vulcano", que iba decir que el autor era Goya cuando todo el mundo sabe -menos yo- que es Velázquez. Obviamente, me refería a "Saturno devorando a sus hijos", gran cuadro, esta vez sí, de Paco Goya y Lucientes. Perdón por la herejía/blasfemia pictórica. No se volverá a repetir.