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la vida de un alcoyano: Jugando a ser polemista

17.11.04

Jugando a ser polemista

En el periodicucho interno de la Universidad, Mercedes, una compañera de clase, ha escrito otro artículo que esta vez habla sobre la Iglesia, ese tema que me gusta tanto y que me hace escribir tantos insultos. Como no tengo ganas ni tiempo para pensar, voy a utilizar su artículo como excusa para hablar, una vez más, sobre mi querida iglesia

Mercedes - creo entender - hace una reflexión sobre las diferencias entre Religión y la religiosidad argumentando que muchas personas, por ignorancia o borreguismo, ceden su religiosidad íntima a la Religión de turno, en este caso la Iglesia Católica, Románica, Apostólica y del Barça, como dijo en su día el Padre Apel·les (¿os acordáis del tipo ese?)

Por eso se confunde a menudo el ser católico y el ser creyente. Todos hemos oído aquello de "soy católico no prácticante" o "Creo en Dios, pero no en la Iglesia". También conocemos a gente que dice que "al Papa no se le puede discutir porque es el representante de Dios en la Tierra" o que "esto ha pasado porque Dios ha querido". Esto me lleva a hacer la siguiente reflexión: ¿realmente hace falta una superestructura - en este caso la Iglesia - para que la gente crea? Si yo montara mi propia religión - y puede que algún día os sorprenda saliendo en la tele - escribiría un libro porque todas las religiones guays tienen el suyo, pero dejaría que la gente lo leyera tranquilamente y sacara sus propias conclusiones (sí, rollo Lutero) Los curas y demás tropa serían simples creyentes, casados y todo, que están para ofrecer un servicio de ayuda a la Comunidad, algo parecido a las tutorías: yo no entiendo el pasaje Mt 26, 34-37 y el tío me lo intenta explicar desde su punto de vista, pero sin cerrar ninguna puerta. Sé que estoy defendiendo un catolicismo más protestante, que no hay que unirlo inmediatamente con la tolerancia, porque ellos también han cometido salvajadas en nombre de un Dios, pero su cuerpo teórico me gusta más, es más... cercano.

Lo que quiero decir con todo esto es que no me parece bien que para ser un buen cristiano se tengan que aceptar preceptos y normas porque sí. Una persona puede crear en un Dios o ente creador y discutir otras cosas: por ejemplo, que ese Dios tuviera un hijo, que exista un misterio llamado el de la santísima trinidad, que existan mil vírgenes cuando sólo hubo una (en un contexto cristiano, claro) o 5.000 santos con poderes iguales o superiores a los del único Dios, el omnipotente y omnipresente. Del mismo modo, un cristiano puede estar a favor de los matrimonios entre homosexuales e incluso ser gay o lesbiana. ¿Por qué no? Si vas a misa, ayudas a los demás, no cometes pecados... Bueno, no, que si te la meten por el culo es un pecado y muy gordo. ¿Es que va a ser peor cristiano que uno que tenga su ano incorrupto? Creo que la Iglesia comete un gran error en no diferenciar la vida privada de la vida propiamente cristiana.

Con la enseñanza de religión católica está pasando lo mismo, y es un problema que tiene fácil solución: la religiosidad es de cada uno, luego queda en un ámbito privado. Si quieres hablar a tus hijos de José, María, y los profetas y los apóstoles y Herodes y los demás malos de la película adelante. Si no te sabes bien la historia pero quieres que tu hijo se la sepa, pues visitas a un cura o lo apuntas a un colegio católico. Nada más. Los valores cristianos serán muy importantes, pero no son universales, y si no lo son, no se pueden enseñar a TODOS los chavales. Dicen que quieren dar una "Historia de las Religiones", que me parece una simple solución políticamente correcta. Yo no daría nada de religión porque, sinceramente, no creo que AHORA sea tan importante, con tanto porno que hay en internet.

Ya está. Fin.

Al hilo de lo que hemos escrito, no estaría de más leer un artículo de Alfonso Ussía que ha aparecido hoy en La Razón:

http://www.larazon.es/noticias/noti_col21647.htm